El viernes quería comprobar si en una zona que no pescaba desde hacía tiempo se escondía algún reo.
Atravesé un bosque de abetos que no son muy comunes por aquí pero desconozco a la variedad concreta a la que pertenecen.
En esta misma extensión observe el "jacuzzi" de algún jabalí. Los jabalíes suelen bañarse, entre otras motivos, para regular su temperatura corporal, pues estos animales no sudan.
El viento norte bajaba la temperatura y la ausencia de cebadas fue total durante la tarde por lo que los peces no se mostraban muy interesados por la mosca que iba pasando con paciencia por los lugares propicios para albergar algún reo.
Es esencial pescar muy despacio y fijarse en todo, pues este reo lo pesqué de esta manera y ahora os cuento como.
Al pasar la mosca por una bonita postura observe que se formaban unas ondas debajo de la misma que delataban la presencia del pez, pero la poca luz, el viento y lo discretas que habían sido hacían muy difícil percatarse de que había sido un rechace en toda regla.
Ya no insistí más y opté por cambiar la mosca sin moverme mucho para no delatar mi presencia mientras le daba tiempo al pez a que cogiera confianza.
Hago un lance bastante bueno, el trico cae unos 40 cm por encima de su posición y avanza directo al pez. Al pasar por su posición la mosca desaparece, espero ese tiempo (no sabría decir cuanto) para asegurarme que el pez tiene la mosca en la boca y clavo.
Ya tengo el pez al otro lado del bajo, además es un reo, no es muy grande pero si luchador aunque pronto lo llevo a la sacadera.
En esta ocasión no ha sido el tamaño del pez o el número de capturas, pero si la situación y la forma de pescarlo, lo que me ha dejado muy satisfecho y aportado un poco mas de conocimiento.
Espero que os sirva de algo esta experiencia y ya sabeis, no siempre a la tercera va la vencida....
Saludos